Hoy al salir del trabajo me enamoré de una bufanda en tonos morados.
Al entrar a probármela vi también una pashmina fucsia y tostada, y no me resistí a comprarla también, para regalársela a mi madre.
Al entrar a probármela vi también una pashmina fucsia y tostada, y no me resistí a comprarla también, para regalársela a mi madre.
Nada más salir de la tienda, me puse la mía y me dirigí al metro. Al entrar en el vagón, un señor estaba tocando maravillosamente La primavera de Las cuatro estaciones de Vivaldi al violín. El hombre vibraba con las notas, interpretaba con pasión. Se me saltaban las lágrimas y, al acabar, he sido la única loca de todo el tren que se ha puesto a aplaudir. Luego le he dado algo de dinero, como más gente.
Amo Barcelona.
Que bonito lo que has escrito de verdad!!Yo en madrid tambien vi a mucha gente tocando en el metro y me daba por un lado tristesa porque no tienen la oportunidad que alomejor se merecen pero por otro me alegraba porque estaban haciendo algo que verdaderamente les gusta enserio es muy bonito lo que dicho!!!
ResponderEliminarTati
Adoro a los músicos callejeros, y si tocan el violín más todavía. En la calle Sierpes (yo amo Sevilla) se pine un cuarteto ruso que es escucharlos y estar en el Cielo.
ResponderEliminarGracias por esta entrada.
Que bonita la bufanda, es preciosa!
ResponderEliminarTu bufanda es preciosa Adegea, en serio, preciosa!
ResponderEliminarDetrás de la Catedral de Bracelona, se ponía siempre un señor muy mayor que cantaba tangos, con una dulzura impresionante, más de una vez me he parado embelesada frente a él y su voz me ha transportado hasta Argentina. Hace mucho que no le veo, aunque también hace mucho que no frecuento aquella zona.
En la Plaça del Pi, había siempre un chico con un montón de gatitos y una Dolça (una flauta), siempre que le oía tocar, me acordaba del Flautista de Hamelin.
qué bonito que te saltaran las lágrimas y aplaudieras!!
ResponderEliminarestoy alucinando porque nada de ti es como me imaginaba por el foro... jejeje
besos y bona nit!