Incursión en Lush: Cotton Candy lotion y caprichos navideños

La última vez que estuve en Lush se me fue la cabeza y me gasté un dineral. Era el aniversario de la tienda de la Illa en Barcelona y estaban esperando para la ocasión la loción Cotton Candy pero no les llegó a tiempo, así que hicieron lista de las interesadas.

Justo ese día, cargada como una burra con las 2 bolsas que compré, me torcí el tobillo y no volví a acordarme de la crema hasta ayer que me llamaron.

Hoy he ido a buscarla. Huele a dulce, a gominolas, es fantástica (y carísima, pero yo lo valgo). Tengo el perfume del mismo aroma que le compré a una forera de Vogue, y he complementado la gama de productos con un gel Snow Fairy, que sacan cada Navidad.

Ya están casi todos los productos para las fiestas puestos. He aprovechado y he comprado para debajo del árbol una caja Cool Christmas para mi marido, una caja de metal con forma de casita con dos bombas y dos burbujas llamada Gingerbread House tin y una muñeca Matrioska para mi hija (me ha hecho mucha gracia ya que hace poco mi hermana le regaló la muñeca de madera, ya os enseñé la foto).

Me han regalado muestras del gel Glögg, que huele a coñac y a hombre, me encanta; de la limpiadora Tronco de Navidad, que se parece mucho a Piel de Ángel, y una mascarilla enterita Oatfix.