miércoles, 30 de noviembre de 2011

Noticias por fin

Ante todo me disculpo por tener el blog abandonadito.

Estuve haciendo reposo en octubre, estaba muy pesada con el embarazo. Cogí 10 kilos pero era todo pura tripa y me costaba mucho caminar, tenía el centro de gravedad absolutamente desequilibrado :D

El día 4 de noviembre a las 13 horas rompí aguas y mi hijo Héctor nació a las 11 de la noche. Aguanté sin anestesia peridural hasta que estuve dilatada de 7 cm pero al final la pedí porque el  bebé no bajaba lo suficientemente rápido y venía muy grande, con riesgo de quedarme sin fuerzas para hacer los pujos en el periodo expulsivo.
Vino al mundo grande y hermoso, con 4,170kg y 52cm, con los ojos abiertos a la vida y las manos alzadas y extendidas, como queriendo agarrar todo lo nuevo que había a su alrededor.
Enseguida me lo puse al pecho y la lactancia materna está siendo satisfactoria, para él y para mí, muy diferente de la de mi hija. Quizás es porque no he sufrido las consecuencias de la epidural (10 días de migraña horrorosa e inhabilitante que me impedían incluso permanecer en pie). Quizá se debe a que soy 9 años más madura (o vieja, como queráis). Pero el caso es que no me siento un tetra-brik andante. Me hace mucha gracia la cara de mi niño cuando busca el pezón, parece un ternerito, un cachorrito.
Y es precioso volver a sentir el olor a bebé en casa.
Por no hablar de lo chocha que está mi madre con él, tanto que parece que se nos olvida que mi padre, su abuelo, falta para disfrutarlo.

Se llama Héctor en homenaje a su otro abuelo, el paterno, que por desgracia tampoco está con nosotros.

Unos faltan y otras bellas personas forman parte de nuestra vida. Para muestra está mi querida amiga Sabta, Isabel, que con sus manitas me hizo y envió este maravilloso regalo que no se paga con dinero. El tiempo invertido por esta maravillosa mujer en mí y en mi hijo se merece todas las alabanzas del mundo.



Comentaros que llevé un neceser con lo básico al hospital, para recibir decentemente a las visitas y salir bien en las fotos. Doce horas después de dar a luz ya estaba duchada, con el pelo limpio, mi BB Missha, polvos sueltos de MAC, máscara maestro de Armani y convertible petunia de Stila en labios y mejillas. Además de perfume en aceite Pink Sugar y manteca de karité primavera de Sabta en el cuerpo.

Y ya he perdido los 10 kilos del embarazo. Así que estoy más que contenta. 
Ahora quiero recuperar la rutina de la elíptica y me he comprado ropa nueva para festejar que no tengo el barrigón desestabilizante.
En resumen, que nunca hay que dejarse.