Ayer tarde fui invitada a una sesión de ictioterapia en Amarama.
Conocía a Amarama como tienda de productos nicho, son la única perfumería que tiene Face Atelier en España, por ejemplo, pero desconocía que también hacen tratamientos de estética avanzada.
La sección de manicura y pedicura está en el entresuelo de la calle Provença 111, justo al lado de la tienda.
Quedé con mi hermana porque la invitación incluía a un acompañante y como tardó un poco en llegar, entré a la perfumería. En primer plano la línea de maquillaje de Kevin Aucoyn y Face Atelier. Estuve chuacheando todo y acabé comprando el pigmento Aubergyne de FA (tengo que pasarle muestra a Picard, es su color fetiche). Cuando lo pruebe le dedicaré entrada en el blog.
Nos bajó a recibir una chica muy amable y subimos a ver las instalaciones. Primero te descalzas y te pones unas zapatillas de goma para pedicura. Te lavan los pies para evitar cualquier pelusa que pudiera haber de los calcetines (más ahora con el frío que está haciendo). Y, tachán, te sientas e introduces los pies en la pecera.
La sensación es rara al principio pero en absoluto desagradable. Te vienen los pececitos y te hacen un poquito de cosquillas, como si tuvieras en los pies una burbuja de Lush, por ejemplo. Se reparten entre las dos personas que hay en la pecera y van haciendo su trabajo eliminando las células muertas.
Los peces son de la especie Garra Rufa. Nos dijo una de las esteticistas que al morder la piel muerta segregan una saliva que es curativa.
Cristina, la directora del centro, subió a saludarnos y nos explicó que le encantó la ictioterapia cuando vió una demostración en Madrid y que supo que tenía que traerla a su centro. Nos invitó a tomar lo que quisiéramos (tienen una carta de bebidas estupenda) y nos dejó haciendo el tratamiento durante media hora.
Después sales, te vuelven a lavar los pies y te dan un masaje maravilloso con la crema que tú elijas. Habían 3 de OPI. Yo conocía sus famosísimos esmaltes pero también tienen cremas, todas con olores frutales. Yo elegí una de plátano.
Para aprensivas: no duele en absoluto. No hace cosquillas. Es superhigiénico: te lavan los pies antes y después del proceso.
¿Cómo nos han quedados los pies? Suaves como la piel de un bebé.
Una experiencia fantástica y relajante, ideal para compartir. Como tienes que estar 30 minutos sentada, sin hacer nada, te olvidas de todo y te pones al día con la persona que tienes delante, mientras te tomas un té calentito y te miman. ¿Qué más se puede pedir? Bueno, la próxima vez pediré que me pinten las uñas. Tenían esmaltes de Essie, Chanel y OPI.